Autor: Antonio Pérez Carmona
Cuando se habla de buen gobierno, en el ámbito de la empresa, se hace referencia al conjunto de instituciones y mecanismos a través de los cuales, se busca proteger los intereses de los diferentes grupos involucrados en la marcha de una compañía y de forma especial, de los accionistas minoritarios de las sociedades cotizadas. El buen gobierno de las corporaciones, es hoy, un atributo fundamental para manifestar la gestión ética y sostenible de una organización. Muestra el tono de cómo la organización funciona y se comporta internamente, y frente al mercado en general, y define la relación entre el consejo de administración, la dirección y el resto de la organización.
Hoy en día, es cada vez mayor el volumen de los asuntos que requieren la atención del consejo de administración. Tanto los accionistas como el resto de los grupos económicos y sociales que tienen interés en la marcha del negocio examinan rigurosamente la actividades de cada empresa, mucho más que en el pasado. Además, los mercados y los organismos reguladores manifiestan cada día en mayor medida, sus expectativas de que las empresas cuenten con un alto nivel de estándares relativos al gobierno corporativo, siendo éste, un factor cada vez más valorado por los inversores y utilizado en las relaciones institucionales.
Elementos para la efectividad del buen gobierno. El gobierno corporativo deber ser, el cimiento de un sistema de gestión que integre junto a las exigencias regulatorias y de mercado, las preocupaciones y legítimas expectativas, de los principales grupos de interés de una compañía, en especial de los accionistas. En este sentido, la efectividad de todo buen gobierno de la empresa debe reposar principalmente sobre tres ejes:
• La transparencia, ya que los inversores y resto de grupos de interés deben estar bien informados acerca de la estrategia, perspectivas, indicadores y actuaciones de una compañía.
• La responsabilidad, en el sentido de que los accionistas deben sentirse seguros de que el consejo de administración y la alta dirección de una compañía se comporta de acuerdo con los criterios de responsabilidad delegada y están gestionando sus intereses de forma adecuada.
• El control corporativo, que implica que deban establecer las estructuras legales y económicas que permitan a los accionistas de una compañía intervenir si la dirección está actuando inadecuadamente.
Las sugerencias serán bien recibidas y atendidas, con la premura que requiera la importancia de las mismas, contactando a través del correo electrónico: carmona.apc@gmail.com
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