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Antonio Pérez Carmona

¿Por qué un grupo?

Autor: Antonio Pérez Carmona

Se puede definir un grupo como dos o más personas que reúnen las siguientes condiciones:

1. Las relaciones entre miembros son interdependientes, es decir, la conducta de uno influye sobre la de los demás y viceversa.

2. Sus miembros comparten una ideología, es decir, un conjunto de creencias, valores y normas que regulan su conducta mutua.

El grupo emerge en base a Inquietudes, con la adhesión al grupo, el individuo consigue ciertos objetivos sociales, algunos con el deseo de afiliación y otros de prestigio.

Para comprender un grupo y predecir su conducta en diversas condiciones, es necesario, en primer lugar, poseer una imagen de las necesidades y objetivos que la pertenencia a este grupo brinda a sus miembros.

Con la afiliación, es necesario participar de lleno en la consecución de los objetivos, no es suficiente con la exhibición del carnet, todos en el grupo son importantes, siempre hay algún líder, pero éste nunca sabrá más que el resto juntos, reconociendo que en el grupo, (aunque no por ello exista un reconocimiento formal de dominio), proporciona ciertos papeles que difieren en cuantía de poderío.

Si bien el afán de poderío, caracteriza a muchas personas el deseo de pertenecer a algún ente colectivo, de “ser aceptado” define a la mayor parte de las personas en nuestra sociedad. Al formar parte de un colectivo, el ser humano, intenta no sólo conseguir ciertos objetivos sociales puntuales, sino satisfacer también sus deseos de “pertenencia” y estar en el “escaparate”

El sentimiento de pertenencia al grupo determina de una manera decisiva el sentimiento individual de auto-complacencia; su “status” subjetivo refleja su “status” objetivo dentro de ese grupo. Es inevitable que las identificaciones colectivas de un individuo se conviertan en una parte muy importante de su yo, puesto que estos objetivos valorados son el producto de la interacción del individuo con los miembros de su grupo. Los grupos del sujeto terminan siendo “mi propio grupo con razón o sin ella” y, por eso, se dispone a defenderlos de cualquier ataque que se le inflija como si se tratase de sí mismo.

Puede haber diferencias de criterio, de puntos de vista, de opinión, etc. pero jamás se puede perder la misión y visión del equipo, que fueron asumidas por todos los componentes cuando se creó o adhirieron.

Por regla general, aunque cueste trabajo admitirlo, el individuo ingresa en el grupo, cuando espera que su satisfacción sea mayor que sus esfuerzos personales. Si cree que sus esfuerzos personales sobrepasan las satisfacciones que obtiene, estará dispuesto a dejarlo.

Por ello y para bien del equilibrio del equipo, sus miembros tienen que interactuar en la toma de decisiones para la solución de problemas de forma moderada, inspirados en los principios, valores, creencias, reglas y procedimientos que comparten y que poco a poco se han incorporado al grupo.

La igualdad y el respeto por la participación y opinión de todos los integrantes es vital para mantener la cohesión, la disciplina y el afecto.

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