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Antonio Pérez Carmona

Antonio Pérez Carmona

Autor: Antonio Pérez Carmona

Un líder se define como aquella persona que ostenta un importante título, posición de poder, rango o estatus. Lo más probable es que definamos el liderazgo desde una posición de mando en la que un superior “manda y controla”, requiriendo unos subordinados que obedezcan las órdenes. Hoy en día, este modelo de liderazgo está haciendo frente a un cambio importante a medida que las jerarquías tradicionales se vuelven más planas, y la obediencia incuestionable de los altos mandos ya no es la norma.

En muchos países de nuestra zona, el liderazgo es actualmente un aspecto significativo en la gestión interna de las empresas . En muchas industrias, la reducción de personal y el aplanamiento estructural ha provocado altos niveles de inseguridad y la creación de reinos de taifas; en otras palabras, una pérdida de confianza casi completa. Un buen ejemplo sería el tradicional sector de servicios financieros y de banca, dónde los grandes avances tecnológicos de los últimos años han provocado una masiva reducción de personal y la completa desaparición de niveles administrativos.

¿Cómo pueden los directivos “liderar” sus equipos de manera efectiva bajo estas circunstancias? Una buena analogía para el cambio de rumbo del liderazgo es el contraste, por ejemplo, entre los equipos de remo que compiten en barcos de carreras en plácidas aguas y los equipos de rafting luchando en los rápidos para llegar a su destino.

Los equipos de remo dependen del patrón para que les marquen el ritmo de la carrera, diciéndoles cómo actuar en cada momento. Esto es comparable al antiguo modelo del liderazgo y, aunque éste sigue funcionando bien en competiciones de remo, no puede funcionar de manera eficiente en el escenario de rápido en el que todos nos encontramos en nuestro trabajo, donde debemos actuar de manera instintiva como un equipo ante los cambios.

No podemos seguir confiando en un patrón que nos ordene o mande. En el mundo de los rápidos, la fórmula que mantiene a los equipos unidos no es la obediencia ciega sino la confianza en las habilidades de los demás para un auto. Liderazgo que encamine hacia un propósito común.

¿Por qué es importante la confianza en unos tiempos en los que el cinismo es una actitud mucho más fácil de adoptar? Toda nuestra experiencia trabajando en el campo del desarrollo de las personas nos ha hecho llegar a la conclusión de que -no importa si puede resultar anticuado en el siglo XXI- cuando la gestión de moda y las palabras ruidosas y sin sentido hayan pasado, lo que queda en la base son los principios universales como la integridad, la confianza, respeto, justicias y lealtad.

Los directivos de hoy deben retener y motivar a los trabajadores del conocimiento; reducir el cinismo y mejorar la moral; fomentar una cultura cooperativa para lograr nuevos niveles de rendimiento; y, en general, “hacer el doble con la mitad”. Todo esto sólo es posible si el principio de confianza está bien establecido.

Entonces, ¿cómo pueden los directivos crear confianza? Los métodos son simples, pero requieren tiempo y esfuerzo. Los directivos necesitan escuchar con atención a las personas, tratar de entenderles y servirles de mentor. Deben demostrar respeto y comunicar la valía de las personas y su potencial de manera tan clara que lo lleguen a ver ellos mismos: esta es la verdadera esencia del liderazgo.

Uno de los líderes centrados en principios fue Monadas K. Gandhi trabajaba en los campos de arroz de la India, aumentando poco a poco sus seguidores entre los trabajadores del campo. No poseía ningún cargo político ni tenía ningún título más que el reconocimiento de “Mahatma” (“alma noble”). A través de la compasión, coraje, visión, disciplina y sacrificio, Gandhi ganó una poderosa autoridad moral. Liderando con conciencia, consiguió levantar su nación rompiendo la dominación política y económica ejercida por tres millones de ingleses.

El liderazgo centrado en principios es la manera más segura para que los directivos ejerzan un liderazgo efectivo. Sin importar la posición, título rango o estatus, todo el mundo en una organización puede empezar a verse como un líder en su derecho. Los directivos que ayuden a otros a descubrir su potencial podrán navegar con éxito en las aguas turbulentas actuales para alcanzar los resultados deseados.

Las sugerencias serán bien recibidas y atendidas, con la premura que requiera la importancia de las mismas, contactando a través del correo electrónico: carmona.apc@gmail.com

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