Antonio Pérez Carmona
La Empresa
Prólogo
Las prácticas de buen gobierno, han adquirido un papel esencial en el desarrollo de las relaciones empresariales, tanto hacia dentro de la organización como en su traslación al exterior, a través de los diferentes grupos de interesados o stakeholders. Los acontecimientos de los últimos tiempos en el entorno empresarial, han propiciado que se haya dado un paso fundamental, mediante la conversión de estas recomendaciones en normas obligatorias cuyo cumplimiento es tutelado por los organismos reguladores.
Así, se ha pasado de la elaboración de Informes con recomendaciones de libre aceptación para la partes, como Aldama o Winter – en el ámbito de la UE- a la publicación de la Sarbanes Oxley Act, la cual ya obliga a las compañías cotizadas en la SEC al cumplimiento de determinadas normas de transparencia, control interno y gestión de las sociedades y marca una tendencia de difícil vuelta atrás en el gobierno corporativo de las empresas.
Son varias las causas que han conducido a esta situación nueva: Distanciamiento o pérdida del gobierno de la sociedad por parte de los accionistas, escándalos empresariales con fuertes repercusiones, falta de confianza en los informes exclusivamente financieros, pérdida de control sobre la remuneración de los consejeros, dificultad para medir la gestión de los administradores y, en definitiva, ausencia de un marco de referencia claro capaz de garantizar que los miembros de un Consejo mantienen el control adecuado de sus negocios.
¿Qué se entiende por buen gobierno? Cuando se habla de buen gobierno, en el ámbito de la empresa, se hace referencia al conjunto de instituciones y mecanismos a través de los cuales, se busca proteger los intereses de los diferentes grupos involucrados en la marcha de una compañía y de forma especial, de los accionistas minoritarios de las sociedades cotizadas. El buen gobierno de las corporaciones, es hoy, un atributo fundamental para manifestar la gestión ética y sostenible de una organización. Muestra el tono de cómo la organización funciona y se comporta internamente, y frente al mercado en general, y define la relación entre el consejo de administración, la dirección y el resto de la organización.
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