Por: Antonio Pérez Carmona
Cuando uno se presenta a una entrevista, debe comportarse como si de la venta de un producto se tratase, en este caso la “venta” de uno mismo.
Es muy difícil encontrar profesionales de la venta, los requisitos que deben adornarle son múltiples y por lo tanto complejo como para aglutinarlo un candidato, las habilidades sociales como empatía, asertividad, afabilidad, solidaridad, trabajo en equipo están muy valoradas, además de iniciativa, tarto con el cliente, organización y liderazgo.
Como para cualquier tipo de venta, el candidato debe prepararse la entrevista, empezando por conocer dónde se quiere emplear, qué tipo de productos, qué estructura tiene, tanto en recursos humanos como de instalaciones, tipos de clientes, facturación, proveedores, competidores, rotaciones de sus empleados, cómo está considerada en el mercado (sobre todo socialmente y cumplimiento con sus responsabilidades fiscales y compromisos con sus empleados) y conocerla en todo aquello que pueda ayudarle al entrevistado en atraerle el ser contratado.
Es muy importante la preparación de la entrevista, repasa tus puntos fuertes, tu léxico, tu vestimenta, tus respuestas, tu pasado tanto personal como profesional, las necesidades de esa empresa según el puesto que ofrecen, de esta manera, expón tus logros y experiencia, debes enfocarlo hacia esas necesidades del “contratador”, exactamente igual como si fueras a vender el mejor producto del mercado.
Practica la escucha activa, recuerda el que escucha no se equivoca, suele hacerlo el que habla demasiado. Procura prepararte un cuestionario no muy extenso de todo aquello que pueda interesarte, ojo con las preguntas, hablar de salario, vacaciones, turnos etc. solo cuando te están ofreciendo el puesto. Si es importante hablar de los objetivos que adornan la posición, así como las estrategias comerciales y añades algún apunte que indique que conoces el sector.
Mucho cuidado al exponer el porque estás desempleado o buscando cambiar de empleo, no gustan los cambios frecuentes, los enfrentamientos, el hablar mal de tus jefes anteriores.
Después de la entrevista es importante que envíes un correo, expresando tu gratitud por la deferencia que han tenido seleccionándote y su acogida, repitiendo una vez más, lo mucho que te gustaría trabajar con ellos.
Recuerda: “No mientas en las entrevistas”.
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