Autor: Antonio Pérez Carmona
1. LA IDEA EMPRESARIAL
Una idea empresarial generalmente se asocia a la creación de un nuevo negocio con una idea brillante, un producto o un servicio que revoluciona el mercado. La realidad, sin embargo, es que cada día surgen compañías que no inventan nada nuevo.
En la mayoría de los casos las ideas se limitan a encontrar mercados en los que todavía caben más competidores, o mucho más simple todavía, la empresa se crea porque su propietario dispone de conocimientos específicos sobre un oficio o se encuentra parado. Poner una papelería en una zona de colegios, abrir una peluquería o establecer una franquicia son ideas empresariales perfectamente válidas y muy comunes.
Por muy fácil que parezca la actividad empresarial, su puesta en marcha requerirá un enorme esfuerzo por parte del empresario. Tendrá que valorar su rentabilidad y las necesidades de financiación, y saber cómo gestionar una serie de recursos materiales, humanos y económicos.
2. IMPORTANCIA DE LA PLANIFICACIÓN
El emprendedor debe tener una comprensión global de todas las actividades que va a desarrollar en su empresa si quiere evitar que el proyecto se vaya al traste. Es aconsejable que refleje su proyecto en un documento (plan) por muy pequeña que sea la dimensión del negocio que se aborde. Esta fase permitirá detectar aspectos que inicialmente podrían haber pasado por alto, e incluso se puede redefinir la idea empresarial.
Conviene ser lo más profundo que se pueda, ya que una planificación superficial puede provocar el fracaso de una buena idea o, por el contrario, generar una confianza excesiva en un proyecto con visos de desastre.
La confianza e ilusión en el proyecto serán bienvenidas, pero siempre y cuando no hagan perder la referencia de la realidad. Por eso, si eres un emprendedor, no te obceques con tu idea y plantéate previamente su viabilidad.
Por ejemplo, podemos abrir una tienda de juguetes en un barrio en que no existe competencia pensando que será un negocio seguro. Sin embargo, puede que la población sea muy mayor, o que tan sólo vendamos en las navidades, o que los vecinos prefieran las grandes superficies comerciales…
Con tantos elementos a tener en cuenta, no resulta difícil que el proyecto inicial que se tiene en mente no llegue a desarrollarse. No pasa nada. Muchos proyectos acaban en la papelera después de una profunda reflexión.
3.- ¿DÓNDE ENCONTRAR UNA IDEA?
Básicamente, podemos encontrar las ideas observando las siguientes fuentes:
a) El propio trabajo
El descubrimiento de una idea empresarial puede llegar de la observación, en:
– El trabajo cotidiano.
– De oportunidades de mejora de los productos fabricados o los servicios ofrecidos por la empresa en que trabaja el futuro emprendedor.
Esa labor diaria puede asimismo revelar nuevos segmentos de mercado, demandas insuficientemente cubiertas que ofrecen una oportunidad de negocio al que sepa aprovecharlas a tiempo.
b) La vida diaria
Aunque en nuestro trabajo encontramos ideas para crear una nueva empresa, no debemos cerrar las ideas de otras personas como familiares, amigos o conocidos, que pueden percibir la carencia de un bien o servicio que podría cubrir determinadas necesidades, facilitarnos ciertas tareas; otras veces, es la lejanía o incomodidad para obtener ese bien o servicio lo que hace brotar la oportunidad de negocio.
c) La actividad económica
Podemos obtener ideas a la hora de descubrir nuevas oportunidades mediante el seguimiento de:
– Publicaciones económicas o profesionales
– Publicaciones especializadas en la creación de empresas.
Del mismo modo, el análisis de estudios estadísticos elaborados por determinadas instituciones (Cámaras de Comercio, organizaciones y asociaciones empresariales, sindicatos, etc.) o por la propia Administración pueden permitir el descubrimiento de nuevas oportunidades de negocio.
d) Las ideas ajenas
Aunque siempre pensamos que son las propias ideas de cada persona las que impulsan una nueva actividad, no es, ni mucho menos, infrecuente que sean ideas de otras personas las que permitan su nacimiento. Los ejemplos e ideas de negocio que se analizan en revistas especializadas en ámbitos comerciales o industriales, las franquicias, las concesiones comerciales, la adquisición de derechos de propiedad industrial (patentes) o de licencias de fabricación, explotación, o distribución (p. ej.: una exclusiva de distribución de ciertas importaciones), etc.
Si se recurre a ideas ajenas para crear una empresa, es aconsejable mantener una actitud de vigilancia y seguimiento de nuevos productos o servicios, nuevas tendencias de consumo, nuevas ideas de marketing, etc. (en la mayoría de revistas especializadas existe una sección dedicada a estos asuntos).
(En las próximas semanas seguiremos con el resto de consejos)
Las sugerencias serán bien recibidas y atendidas, con la premura que requiera la importancia de las mismas, contactando a través del correo electrónico: carmona.apc@gmail.com
1 Comentario
Antonio siempre dispuesto a echar una mano. Si puedes dedícale un minuto saldrás ganado.